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Afiche / imagen (noticias)

El miércoles 21 de junio, en el Campus Luisi Janicki de la Universidad de la República se inauguró el Repositorio Luisa Cuesta que permitirá el almacenamiento, organización y disponibilidad de información digital relacionada con las violaciones a los Derechos Humanos.

Este repositorio que surge a partir de un convenio entre la Universidad de la República (Udelar) y la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH) y Defensoría del Pueblo, contendrá información digital relacionada con las violaciones a los derechos humanos ocurridas entre el 13 de junio de 1968 al 26 de junio de 1973, así como durante el terrorismo de Estado desplegado entre el 27 de junio de 1973 al 28 de febrero de 1985.

 

Aportes de la Udelar a la verdad

En la apertura del evento, el rector Rodrigo Arim agradeció, por una parte, a la comunidad universitaria «que diseñó y se preocupó por hacer viable este repositorio», al INDDHH por su responsabilidad institucional y «por confiar en la Udelar» como el espacio estatal desde donde poder instrumentarlo, y también a las y los familiares de detenidos desaparecidos por estar presentes «en un día tan particular para la Udelar, para el INDDHH y para el país» en momentos en que el Uruguay está discutiendo sobre el pasado reciente a 50 años del golpe de Estado de 1973. Destacó la carga emotiva de esta conmemoración y la importancia de «la búsqueda incansable de la verdad» y afirmó que esta es parte del mandato institucional de la Universidad: «la vida universitaria transcurre a través de canales que suponen buscar la verdad en distintas áreas disciplinares y vaya si corresponde a la Udelar aportar elementos que vayan al encuentro de una verdad esquiva que tiene que ver con  su historia reciente», señaló. 

El repositorio inaugura un espacio en el Campus Luisi Janicki apropiado para el cuidado, el curado y la responsabilidad que se debe tener con estos archivos, expresó Arim, «esperamos que se nutra de otros materiales que coadyuven a encontrar la verdad y también la justicia».  

Por su parte, Marcos Israel, director del INDDHH agradeció a todas las personas que participaron «para hacer posible este momento en el cual el repositorio se pone al alcance de los interesados en investigar este tema, tan importante para todos nosotros». Expresó que la inauguración es la culminación de un largo proceso iniciado en setiembre de 2019, cuando por la ley N°19.822 la responsabilidad de la búsqueda de desaparecidos y el manejo de los datos de la historia reciente se trasladaron a la INDDHH. La misma ley también obliga a la Presidencia de la República a seguir digitalizando toda la información que había disponible y la que pueda surgir, tarea que se está cumpliendo aunque con lentitud, explicó.   

En octubre de 2020 la Unidad de Acceso a la Información Pública concretó la Guía para el acceso y la gestión documental de archivos sobre violaciones a los Derechos Humanos, puntualizó, y en mayo de 2021 se suscribió el primer convenio entre la INDDHH y la Udelar. Por este acuerdo «el Instituto aportaba los archivos y la Udelar comenzaba un proceso de producir un software que permitiera la búsqueda y el cruzamiento de datos», explicó Israel, mientras que en mayo de 2022 se realizó un segundo convenio entre ambas instituciones para habilitar la instalación del repositorio inaugurado en este acto. Israel resaltó que el servicio que presta el repositorio está basado en los principios de la accesibilidad a la información, la inoponibilidad de razones para no darla y la protección de los datos personales. Esta última se basa en la ley 18.331, que regula el derecho de los titulares de los datos, los derechos referentes a la protección de ciertos datos y todo lo relacionado con datos en sí. Por esta razón los usuarios del repositorio deberán firmar un documento de responsabilidad para que quede claro que van a cumplir con estas formalidades. «Tenemos la esperanza, el deseo y la convicción de que se abre una nueva etapa que espero que sea fructífera para los objetivos que están planteados», concluyó.

 

Proceso de búsqueda

Por su parte, Gregory Randall, docente de la Facultad de Ingeniería compartió algunos antecedentes del Repositorio Luisa Cuesta y señaló que el proyecto CRUZAR comenzó en el año 2017 y que actualmente está integrado por las Facultades de Ingeniería, Información y Comunicación, Ciencias Sociales y Derecho.  

Explicó que en ese contexto se han construido herramientas que intentan apoyar el trabajo de quienes investigan y que hasta el momento se han atacado dos problemas: proveer conocimiento general en las colecciones y realizar búsquedas de páginas por palabras. Con respecto a los problemas con los que se ha enfrentado el equipo de trabajo, explicó que el trabajo comenzó con una copia digital del llamado Archivo Berrutti donde «hay de todo» y señaló que las páginas son imágenes y no textos y que muchos son escritos a mano y han sufrido daños con el tiempo, «entonces eso complica la búsqueda», apuntó.  Además, indicó que el tamaño de la colección es muy grande esto hace que el procesamiento para las búsquedas lleve tiempo y recursos y que la calidad de algunas imágenes sea muy mala. 

Con respecto a la transcripción, indicó que utilizan el programa Luisa, «que es uno de los subproductos de este proyecto permite que mucha gente colabore a través de la web con la transcripción manual» pero que la transcripción se realiza con un programa que se llama OCR, puntualizó. Con respecto a la transcripción, Randall detalló que se evalúa la calidad mediante el uso de diccionarios específicos de personas, localidades y otros. Asimismo, sostuvo que se intenta mejorar el resultado del OCR mediante la aplicación de diccionarios y técnicas de procesamiento de lenguaje natural. 

Relató que una vez que se transcribe la información hay procesos de corrección como los diccionarios de palabras y reglas: «hay una tarea de extracción de la información para identificar la relación entre los objetos y la relación entre esos objetos». Luego explicó que se realiza la indización que es la construcción de una base de datos que permite la búsqueda de imágenes en base al texto o los objetos y relaciones de los procesos anteriores: «Tenemos 56000 líneas de texto», resaltó.

Recordó que en un congreso en Alemania, los investigadores quedaron muy sensibilizados con el proyecto LUISA porque «por su propia historia han tenido que trabajar en una línea similar a la nuestra» y ofrecieron el software de inteligencia artificial que ellos utilizaban: Calamari. Randall señaló que cuando procesaron todos los documentos -que son 1200 rollos- a través del software Calamari, que utilizaron a partir de lo que las personas cargaban en Luisa, obtuvieron 139000 documentos bien transcritos. Aclaró que la calidad del documento lo definen por un determinado porcentaje de palabras encontradas en el diccionario. 

Explicó que otro de los trabajos que se realizaron, es tratar de armar diccionarios que permitan las búsquedas específicas a través de palabras como acrónimos de la época, de direcciones, de nombres y apellidos. Con toda esta información se construyeron dos herramientas que están instaladas en el repositorio: Luisa qué es colaborativa y la otra es Amalia, que es una herramienta elaborada por la Facultad de Ciencias Sociales y su nombre en homenaje a otra madre, apuntó.

Aclaró que Amalia es una aplicación orientada a conocer de una forma general qué información contienen las imágenes y permite la búsqueda de términos y palabras analizando las apariciones conjuntas en cada página. El resultado de esa búsqueda es un conjunto de relaciones entre los términos que pueden ser analizados con diferentes visualizaciones, «esto permite, hasta cierto punto, identificar el contexto en el que se mencionan los archivos», agregó. En este sentido, detalló que «si se identifica en Amalia que en tales rollos tienen cosas que pueden ser de interés, se puede ir a la base y aparecerán en todos los rollos las palabras que fueron identificadas previamente, por tanto, se requiere un trabajo cuidadoso y estas son herramientas que intentan ayudar un poco». Mientras que Luz es otra aplicación realizada por la Udelar que está orientada a buscar imágenes que contienen determinados términos, el resultado de esa búsqueda es el conjunto de páginas que luego los investigadores pueden analizar en forma correcta, señaló.

 

Generosidad, disposición y seriedad

Recordó que en 2021 «como grupo nos preguntamos si podríamos mantener esta información encerrada, si era legítimo hacer esto». Entonces señaló que en base a la ley de acceso a la información pública, se estableció la resolución del Consejo Directivo Central del  23 de noviembre de 2021 donde se expresa la voluntad de construir, en acuerdo con la Institución Nacional de Derechos Humanos, un repositorio que concentre todos los archivos de ese  período de la historia nacional con que cuente la institución y que facilite la búsqueda y cruzamiento de la información, que sea un servicio a la sociedad en el marco del artículo 2 de la Ley Orgánica de la Udelar y que se guiará por el artículo 12 de la Ley 18381 de acceso a la información pública. Por tanto, «en mayo de 2022 se firmó este convenio que tiene como fin construir este repositorio que contiene una copia de la versión digital y que incluye las herramientas de búsqueda y análisis que se han construido así como otras que se puedan agregar a futuro», explicó. Estamos trabajando en otras que de a poco vamos a ir agregando, remarcó Randall. Señaló, además, que tiene el aval de la Unidad de Acceso a la información pública de la Presidencia de la República. 

Indicó que el repositorio está físicamente instalado en la Udelar, precisamente en el Campus Luisi Janiki: Pioneras Universitarias en el edificio Clotilde. Agregó que a través de este convenio se establece que se creará un comité de coordinación integrado por dos representantes de la Udelar, dos del INDDHH y uno de común acuerdo y que se ocupará de los criterios de gestión y funcionamiento. También se establece una administración técnica cargo ocupado por Fabian Hernandez y por el momento, una funcionaria designada por la Udelar que es la licenciada en archivología Natalia Lima. Este convenio refiere únicamente a este repositorio Luisa Cuesta, aclaró, y es independiente de los proyectos que la Udelar realiza relacionados con los derechos humanos. 

Explicó que en el repositorio el acceso a los documentos es integral y sin limitación alguna y que los usuarios deben firmar un compromiso de responsabilidad aprobado por ambas instituciones, en este marco, el usuario accede a través de una terminal informática al conjunto del material, sin ningún tipo de filtro utilizando las herramientas de búsqueda que se han construido. Indicó que los usuarios le pueden solicitar a la funcionaria una copia de algunas imágenes y estas serán proporcionadas copiando en un dispositivo que será formateado previamente. Para cada usuario, el repositorio mantendrá un registro de todas las búsquedas realizadas, los documentos entregados y el compromiso de responsabilidad firmado, esto será útil en caso de existir reclamos por un mal uso de la información obtenida, puntualizó.

Por último, Randall expresó su sueño, que se basa en incluir en el repositorio copias digitales de todas esas colecciones y que se pueda cruzar esa información. Además remarcó que «si hubiera voluntad política se asignarían los recursos humanos para hacer esto y los materiales para abordar un trabajo que debería haber sido iniciado hace decenas de años» y de esta manera, «si hubiera voluntad se podrían entregar todos los archivos que hay y aportar para que el trabajo sea más potente», auguró. Aclaró que por el momento, «todo lo que tenemos se ha hecho con el esfuerzo de egresados, docentes, voluntarios y funcionarios de la Universidad de la República». «Me parece fascinante la generosidad, la disposición y la seriedad de toda la gente que ha trabajado en esto, cada uno cumpliendo su rol», subrayó. Considera que esto se debe al «clamor colectivo y hay algo que empuja a la gente a colaborar con proyectos de derechos humanos lo que significa que el pueblo quiere avanzar en este camino», concluyó.

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